Dependiendo de cada caso, se podría experimentar estrés postraumático al enfrentar a la muerte o una depresión profunda por la pérdida de un ser querido.
AGENCIAS
Por lo menos, la tercera parte de la población mayor de 18 años en México podría padecer enfermedades mentales a consecuencia de la pandemia de covid-19.
Y aunque no existe una contabilidad exacta porque la epidemia continúa, dicha estimación inicial, es equiparable al porcentaje de una población que sufre estrés postraumático en zonas de guerra o de alto nivel de conflicto, señaló a Excélsior, María Elena Medina- Mora Icaza, jefa del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Explicó, que, dependiendo de cada caso, se podría experimentar estrés postraumático al enfrentar a la muerte o una depresión profunda por la pérdida de un ser querido.
“Son una proporción similar a la que tenemos en zonas de guerra, de alto nivel de conflicto, donde hay mucha violencia, o después de catástrofes “
“El estrés postraumático viene después de una experiencia traumática que acerca a la muerte y aunque lo vemos más frecuentemente como producto de la violencia, en la situación que estamos viviendo puede suceder.
“Las familias que pierden personas y la experiencia fue muy traumática, sí pueden tener estrés postraumático, pero más frecuentemente van a tener depresión. En algunos casos el duelo se complica, no se supera en el tiempo esperado y la persona tiene que buscar ayuda”, detalló.
En la víspera del Día Mundial de la Salud Mental –que se conmemora el 10 de octubre– la exdirectora del Instituto Nacional de Psiquiatría, añadió que otro de los retos que enfrentará el sistema de salud a consecuencia de la pandemia de coronavirus, es tener los recursos suficientes para atender las secuelas neuropsiquiátricas que están presentando personas recuperadas de COVID-19.
Explicó que se trata de enfermedades mentales graves, que todavía no se sabe si serán pasajeras o permanentes.
“Es una psicosis que aparentemente tiene que ver con una inflamación del cerebro que ocasiona descompensaciones. No sabemos muy bien, si estas descompensaciones, van a ser pasajeras o cuánto tiempo van a durar.
“El hecho es que tenemos muchos casos con secuelas de la enfermedad en las personas que sobreviven y se suman a los trastornos graves”, señaló la Doctora en Psicología por la UNAM.